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Que en todas las cosas sea Dios glorificado

VENTANA VOCACIONAL

 

¿TE INTERESA CONOCER MÁS DE LA VIDA BENEDICTINA EN MONASTERIO PAN DE VIDA?

 

Queremos compartir contigo acerca de nuestra vida. 

 

Cuando una mujer tiene interés en seguir explorando la posibilidad de una vocación benedictina con nosotras:

 

 

De Parte de la Comunidad:

 

En la primera etapa de exploración mantenemos una comunicación abierta con ella, por teléfono, correo electrónico y visitas a la comunidad. 

 

Nos ofrecemos a orar y, si así lo desea, acompañarla en su proceso de discernimiento.

 

Recomendamos libros y artículos acerca de la vida benedictina que le pueden ayudar a conocer mejor nuestra espiritualidad

 

Si vive cerca, la animamos a participar en nuestra oración, acompañarnos a una comida, una celebración y colaborar en algún ministerio en CEDIMSE.

 

Así, paulatinamente va conociéndonos y madurando en su búsqueda. Puede participar en convivencias vocacionales que ofrece la comunidad y venir a quedarse una o varias semanas de experiencia, sin dejar sus propios compromisos de estudio o trabajo.

 

Si la persona vive lejos, comenzamos con correspondencia a distancia, llamadas telefónicas, una visita breve y la recomendación de lecturas. Si el interés en la comunidad continúa, la invitamos a venir para pasar algunos períodos de experiencia con nosotras, según sus posibilidades de trabajo o estudio.

 

Este tiempo de búsqueda inicial e introducción a nuestra vida puede durar desde un mínimo de seis meses hasta uno o varios años. Si en este tiempo la persona interesada y la comunidad consideran que ella está preparada para seguir adelante en su proceso, se da el siguiente paso. 

 

 

De Parte de la Persona Interesada:

 

Busca mantener la comunicación con la comunidad;

 

Visita el Monasterio y participa en las actividades que son compatibles con su horario;

 

Hace lecturas que le permiten profundizar en la espiritualidad benedictina;

 

Sigue un proceso de discernimiento que le ayude a tomar una decisión vocacional.

 

 

 

Etapas de Formación Inicial

 

Después de un tiempo de contacto regular con la comunidad, si la mujer considera que Dios le está llamando a nuestra vida benedictina y quiere seguir adelante en su proceso de búsqueda, solicita comenzar la primera etapa de formación, llamado postulantado. 

 

 

 

Para comenzar el postulantado se necesita: 

 

El deseo de buscar a Dios en Comunidad y servirle en las y los demás

 

Buena salud física y psicológica

 

Estudios de preparatoria o equivalente

 

Tener los veintiún años cumplidos y no más de cuarenta años.

 

 

 

Durante el postulantado vive, trabaja y estudia en la comunidad para seguir profundizando en su conocimiento de nuestra vida; completar su formación religiosa básica y continuar su proceso de madurez humana. 

 

 

 

Después de uno o dos años, ella entra al noviciado, un período en el cual profundiza más en la oración, la búsqueda de Dios, el estudio de la vida benedictina y el conocimiento personal. 

 

 

 

Al concluir el noviciado, sigue un tiempo de profesión temporal que puede durar de tres a seis años. Durante este tiempo, en el seno de la comunidad busca a Dios con una entrega generosa, sigue profundizando en la espiritualidad benedictina, continúa su formación teológica, monástica y profesional para seguir madurando en su decisión vocacional y servir mejor al pueblo de Dios. En esta etapa se esfuerza por realizar en su vida la coherente y armoniosa unidad entre la contemplación, la vida comunitaria y la acción ministerial. 

 

 

 

Como se puede ver, no hay pasos acelerados en el camino monástico. Es un camino lento que toma en cuenta el ritmo y las necesidades de cada persona y de la comunidad. El llamado a nuestra vida se valora más en la práctica que en la teoría. Vamos descubriendo juntas si la persona realmente está floreciendo en este ambiente, descubriendo sus dones y poniéndolos al servicio de Dios y de su Reino. Vemos también si ella está contribuyendo a la vida comunitaria en forma constructiva.

 

 

 

 

 

 Pasos sugeridos para un Discernimiento Vocacional

 

 

1. Ora ¿Qué debo hacer, Señor? (Hc 22,10). 

 

La vocación no depende sólo de ti, sino también de Dios. Por eso, para descubrirla y tener la valentía para seguirla, hace falta un diálogo orante. 

 

 

 

2. Presta Atención. “Pero había en mi corazón algo así como fuego ardiente, prendido en mis huesos y aunque yo hacía esfuerzos por ahogarlo, no podía.” (Jer 20,9)

 

Para poder descubrir lo que Dios quiere de ti, hace falta aprender a escuchar, experimentar, darte cuenta de tus deseos, miedos, inquietudes, proyectos. Para eso necesitas hacer un espacio de silencio en torno a ti y en tu interior. Escúchate a ti misma y a personas que desean tu bien. ¿A qué se inclina tu corazón? ¿Por qué te atrae esta vida? Aprende a mirar a las mujeres y a los hombres a tu alrededor. ¿Qué te está diciendo Dios a través de su pobreza, su dolor, su desesperanza, su necesidad de Dios?

 

 

Sólo si aprendes a escuchar, a mirar y estar atenta, podrás descubrir los signos de la llamada de Dios. En esta etapa podrás llegar a decir: “Tal vez Dios me está llamando a la vida religiosa.”

 

 

 

3. Tranquilízate. Acuérdate que no estás decidiendo hoy hacer un compromiso para toda la vida.

 

Simplemente estás explorando la posibilidad de este camino en la vida. A veces, al comenzar el discernimiento vocacional, nos llenamos de todo tipo de temores. Además, con frecuencia, si compartimos nuestra inquietud con quienes nos rodean, nuestras amistades y familiares intentan disuadirnos. Es normal experimentar cierta ansiedad en esta etapa. Conviene confrontar esos temores directamente con la ayuda de la dirección espiritual. Si no, te pueden paralizar.

 

 

 

4. Infórmate. Los caminos para realizar la vocación religiosa son muy diversos.

 

No es suficiente querer entregar tu vida a Dios y desear dedicarte al servicio de tus hermanas y hermanos. Es conveniente explorar diferentes tipos de comunidades: las de claustro, de vida apostólica; las misioneras; las monásticas tanto de vida activa como de claustro.

 

 

Aunque ordinariamente cuando se siente la inquietud vocacional se siente también el atractivo por una vocación específica, vale la pena dedicar algún tiempo a informarte más a fondo sobre esa vocación y sobre otras. 

 

 

 

5. Haz una visita a una o varias comunidades.

 

Si es posible pasa unos días con la comunidad. Esto te permite conocer de primera mano el ambiente comunitario, la forma de oración, los ministerios, etc. 

 

 

 

6. Comienza a tomar una decisión.

 

Durante el tiempo de discernimiento puede ayudar un acompañamiento espiritual. También puedes leer libros que te orienten acerca de la espiritualidad de diferentes congregaciones. 

 

 

 

Decidir seguir adelante en el camino vocacional es difícil. Ante la opción tal vez sentirás tus miedos, incertidumbres y limitaciones. Como el profeta Jeremías dirás, “¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy una muchacha!” (véase Jer 1,7) Y sin embargo, con todas tus limitaciones, a lo mejor Dios te está llamando. 

 

 

 

7. Continúa con el siguiente paso en el discernimiento.

 

Pregunta por los requisitos para entrar a la comunidad particular que más te atrae. Pasa tiempo con la comunidad. Dedica tiempo para conocer mejor su carisma e historia. Mientras mejor se conocen, será más madura la decisión que tomes. 

 

 

 

8. Concretiza tu decisión a cada paso en la acción.

 

No esperes una visión o una comunicación extraordinaria de Dios; ni te dejes vencer por el miedo. Pon los medios que estén a tu alcance para realizar lo que vas descubriendo como la voluntad de Dios en tu vida.

 
Busca la Paz y corre tras ella.

MONASTERIO PAN DE VIDA
Tenochtitlan 501, Esq. con Calz. Xochimilco
Col. Las Carolinas
Torreón, Coahuila, C.P. 27040
MEXICO
 
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